Han pasado ya un par de días de la visita de este -otrora- primera espada del R'n'R escandinavo por mi ciudad, y con la cabeza más fría me propongo hablaros, someramente, de lo allí acontecido.
Mentiría si dijese que el factor
Gluecifer no pesaba, y mucho. Los noruegos siempre fueron una de mis bandas preferidas de entre toda esa marabunta de nombres surgidos del frío, y el Capi siempre me pareció la cara más reconocible de la banda, todo actitud y chulería. Siguiendo con la sinceridad, os diré que su actual aventura me parece un grupo de Punk n' Roll puntero sin más, con algún que otro riff y un puñado de estribillos coreables. Hasta aquí lo subjetivo.
Ahora bien, pasemos a desgranar los factores (esta vez objetivos) que malograron la velada: Traerse a alguien cuyo -casi- único aval es un pasado glorioso un Martes, con casi toda la ciudad viviendo un éxodo masivo rumbo a Barcelona y con un par de teloneros como entrantes, no es lo que se dice montar las cosas con cabeza. No, no quiero deciros con esto que si el show hubiese sido, que sé yo, un Viernes, aquello hubiese sido el Donnington, pero quizá la sala hubiese presentado una entrada menos desoladora (que dataría entre las 20-25 personas... siendo generosos y contando a los colegas de los grupos que participaron!).
Quizás fue eso lo que hizo que el
Captain Poon, pese a afirmar
"Nos da igual tocar delante de 50 o 1000 personas, lo damos todo" se despachase con un show que a duras penas llegó a los 45 minutos de duración (A lo mejor era porque no había ni 50 personas!). O fue eso, o es que esa es la ética de escenario de nuestro hombre, la cual le hermanaría con bandas como
The Chelsea Smiles o
The Shocker, tan rebosantes de attitude como escasas en directo.
Con todo y con eso, fue
cool ver al King of Rock nº 1 en acción (sobre todo si, como es mi caso, nunca viste a los
Gluecifer) derrochando chulería y exprimiendo, junto a su compadre
Howie B, todo el catálogo de poses escandinavas á la
MC5, a golpe de guitarrazo. Fueron tres cuartos de hora... pero se me pasaron como 15 minutos!
No quisiera concluir este artículo sin dar las gracias a
Retorno a la escena del crimen, por la labor que están realizando en nombre del R'n'R, tan suicida como llena de romanticismo. Keep On!