O eso pretendo. Volver, y, a falta de contenidos, reflexionaré en voz alta lo que ha sido para mí, a nivel rockero, este 2009 que toca su fin.
Ha sido un año de contrastes, agridulce, qué duda cabe. Hemos tenido que despedir a figurones del negocio como Willy DeVille, Ron Asheton o Lux Interior, a secundarios de lujo como Jim Dickinson y hasta a algún que otro father of invention como Les Paul o Billy Lee Riley. Pero también ha sido un año glorioso a nivel de conciertos y discos: KISS, Lynyrd Skynyrd, Nashville Pussy o John Fogerty han ampliado sus respectivas discografías y he podido contemplar shows de todo pelaje y condición: Desde el sanguinario rockabilly de Al & The Black Cats al garage de los Fuzztones pasando por glorias patrias como Josele Santiago; Stadium Rock de primera fila de la mano de Bruce Springsteen y John Fogerty; Del Beat subterráneo de Dr. Explosion al Surf desmadrado de los Tiki Phantoms, con parada en hypes de un día como Krakovia y en viejas glorias como los actuales Misfits y su ensordecedora verbena punkarra.
Sirva este mareante batiburrillo de nombres para anunciar dos cosas: Por un lado, mi vuelta -o eso pretendo- Por el otro, una nueva era de este blog, menos férrea en sus secciones y con más tendencia a escribir sobre la banda/disco/cosa que me pase por la cabeza.
Rock On!
viernes, 30 de octubre de 2009
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