viernes, 4 de diciembre de 2009

Novedades. Roy Loney - "Got me a Hot One"


Se perpetúa la colaboración entre el que fuera cantante de los Flamin' Groovies (hasta el capital "Teenage Head") y los ya veteranos Señor No.
Allá en los States el bueno de Loney no para: a su actividad con The Movers y los Longshots hay que sumar las esporádicas giras que hace con The A-Bones y su otrora compañero de correrías Cyril Jordan recordando viejos tiempos. Esto nos lleva a dos conclusiones: 1) que es meritorio que haya encontrado un hueco en su agenda para llevar a cabo este proyecto (y, más importante todavía: respaldarlo con actuaciones en vivo); y 2) que pese a que han pasado décadas de su estancia en los Groovies, es un error pensar que este tipo está oxidado, ya que sigue viviendo de esto.
Tras las presentaciones, entremos en materia: el disco abre fuego con "Got Me a Hot One!" un correcto R’n’R 50’s con actitud punk en el que Mr. Loney deja patente que los años han pasado por su voz, haciéndola más áspera y cavernosa que antaño; "Gettin’ Gone", pese a su comienzo High Energy sigue unas trazas similares al anterior y la acústica "Diablo",que se queda a medias. Para un servidor el disco arranca a partir de la Soulera "Sweet Hell", un tema lleno de feeling y guitarrazos a partes iguales. A partir de aquí, saber hacer y veteranía a partes iguales: versiones de The Strangeloves y los Kinks ("Cara-lin" y "Act Nice and Gentle", respectivamente); "Love is a Spider" con regusto a piano-bar cargado de humo; la potente "(Don’t You Think) My Heart Has Had Enough", quizá mi preferida del disco, me recuerda a los Groovies… ¡de la etapa Chris Wilson!; "Dance with Me" me supone un pequeño bajón en la tónica general del disco, mientras que "Least Magnificent Moment" mantiene el tipo. Cierra el redondo una revisión al legado Flamin’ Groovies con un "Headin’ for the Texas Border" que nada ha de envidiar al que grabó hace ya casi cuarenta años en "Flamingo".
Nos encontramos ante un disco que dista de ser perfecto, pero que a cambio ofrece sencillez, autenticidad y todo el compendio de sonidos que ha absorbido Roy Loney en su dilatada trayectoria.

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