Tras la saturación de bandas escandinavas que se podía apreciar en entradas anteriores me decidí por rescatar el siempre efectivo "Tattooed Beat Messiah", primer -y mejor- trabajo de los siempre infravalorados Zodiac Mindwarp. Lo cierto es que, desde que monté Rock n' Roll Survivors sabía que tarde o temprano acabaría hablando de esta banda de grasientos moteros cósmicos que el diseñador gráfico Londinense Mark Manning -a.k.a Zodiac Mindwarp- se sacó de la manga en el ocaso de la década de los 80's, cuando las bandas Sleazys del otro lado del atlántico se encontraban en dique seco pasando el testigo a insignes nombres ingleses, caso de Tyla y sus Dogs D'amour, The Quireboys o The Almighty.
Y en este contexto surgió la banda que nos ocupa, luciendo su sempiterna imagen de cuero negro, su pinta de tíos sucios y su iconografía Germánica. Forzosamente, una banda tan descaradamente tópica resultaba original como la que más.
Pese a que se suele clasificar la música de Zodiac Mindwarp como poco menos que "Biker Rock" del que se pincha en concentraciones de Hell's Angels, siempre pensé que fueron un ente sónico más elevado y con más registros,ok, hacen el himno motero por antonomasia "Born To Be Wild" pero señores, este "Tattooed Beat Messiah" es una colección de himnos de las que ya no se hacen, desde la inicial "Prime Mover", pasando por "Skull Park Joker", "Untamed Stare", "Driving On Holy Gasoline", "Backseat Education" o la que da título al disco, amén de ese remanso de paz final "Kid's Stuff" , un puñado de temazos de una calidad insultante, con la voz del bueno de Zodiac haciendo de maestro de ceremonias, desgranando unos textos resultantes de la chulería innata y del consumo indiscriminado de ácido, bien respaldado por sus Love Reaction, que tejen riffs escuela AC/DC -aunque muy pero que muy pasados de vueltas y decibelios-, conformando un redondo incendiario a la par que imprescindible, para todos aquellos que amen -amemos- el R'n'R más chulesco y eléctrico vía Motorhead, Alice Cooper o los citados hermanos Young.
El éxito del disco en su momento y de la banda en un futuro fue -para variar- escaso, quedando este pedazo de dinamita como poco menos que una de las tantas delicias de Serie B que nos legó la década de los 80's. Sí, nuestro motero psicodélico favorito llegó a colaborar con su maestro y mentor Alice Cooper en la canción "Feed My Frankestein", para luego lanzar al mercado la continuación discográfica del álbum que nos ocupa, el algo inferior "Hoodlum Thunder" tras lo cual definitivamente se lanzó a los mares de la infamia publicando a lo largo de los 90's un puñado de redondos a los que la calificación de "olvidables" se les queda pequeña, aunque dio visos de recuperar sus maneras de siempre en el también recomendable "I Am Rock", aunque sus fans poco pudimos celebrar ya que, un par de años depués nuestro hombre volvió a tropezar.
En definitiva, y a pesar de que el presente de Mark y los suyos no sea de lo más interesante, siempre podremos disfrutar de este "Tattooed Beat Messiah", uno de esos artefactos que, en un mundo utópico hubiese arrasado, mientras un servidor, a lomos de su Harley Davidson, corearía sus himnos a voz en grito por las calles de Sunset Boulevard -Ya dije que se trataba de un mundo utópico!!!!-
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