jueves, 29 de mayo de 2008

Conciertos. The Nomads + Green Manalishi - Teatro Enrique de la Cuadra.Utrera.

Para aquellos que llevamos muy dentro el legado de las bandas encuadradas en la llamada escena escandinava, la noticia parecía increíble: Los mismísimos The Nomads, los padres del invento, recalaban en Utrera cerrando así una minigira de 3 fechas por España, lo dicho, los caminos del R'n'R son inescrutables. Además, por si el -gran- nombre de los cabezas de cartel no era lo suficientemente atrayente, se añadió a la velada la presencia de la que quizá sea la formación Hard Rockera más prometedora de este país, Green Manalishi. Pero no adelantemos acontecimientos y desglosemos la velada por partes.


Como ya dije, los Manalishi fueron los encargados de abrir fuego ante el escaso público allí congregado, que, parece ser, prefería tomarse unas birras a disfrutar de una descarga de genuino Hard Rock de raíz 70's, francamente, esta clase de comportamientos no me entran en la cabeza; Vale que hayas hecho el desplazamiento y pagado la entrada pensando en una banda del cartel, ¿Pero como se pueden tomar unas cervezas sabiendo que 3 tíos están dejándose las pelotas a unos cuántos metros de ti? Seguro que muchos de esos son los que luego se quejan del escaso apoyo a ciertas bandas... Comportamientos impresentables aparte, Brainloster y los suyos son una banda de directo a la antigua usanza y "Unkown Forces" un pequeño clásico de Hard Rock atemporal, con tales ases en la manga, difícilmente iba a ser un mal show, y -pese a la indiferencia general del respetable- no lo fue para nada, y a su potente arsenal de producción propia (la homónima sonó de escándalo) hubo que añadir el "Tie Your Mother Down" de Queen con la que cerraron su set.

Y llegó el turno de The Nomads. Los suecos no llevan un par de días en el negocio precisamente, y eso se nota. Y digo más: Cualquiera que haya vibrado en algún momento con bandas como Hellacopters o Gluecifer debería haberse personado en ese show, puede que no sean la banda de la vida de mucha gente -de la mía no lo son, por ejemplo- Pero es innegable que estos tipos ofrecen grandes shows de Rock n' Roll garagero y que cuentan con todo un repertorio de trallazos repartidos en una discografía que se extiende a lo largo de más de dos décadas. Con eso y con todo, parece ser que las bandas seminales no despiertan grandes pasiones en estas nuestras latitudes. Sí, se congregó algo más de público que cuando los teloneros, pero no todo el que se merece una banda de largo recorrido como la que nos ocupa. Dicho esto, la banda de Nix Vahlberg ofreció un show sin concesiones, donde en algunos momentos se llegaron a entrelazar sin respiro hasta más de tres canciones, de entre las que puedo recordar -mi memoria ya no es lo que era...- "Don't Pull My Strings", "(I'm) Out Of It", "Crystal Ball", "Where The Wolf Bane Blooms", "Beyond The Valley Of The Dolls" y sobre todo, ese himno titulado "Ain't No King Of Rock n' Roll" (Que le vamos a hacer, tengo debilidad por ese tema) En definitiva, todo un show de R'n'R en el que Vahlberg y su viejo compañero de armas Hans Ostlund volvieron a demostrar su buen hacer a las seis cuerdas y en el que Jocke Ericson se reafirmó como el batera más jodidamente cool de escandinavia.



Y para finalizar, un par de conclusiones. Por un lado, y a la vista está, los resultados fueron de lo más sonrojantes para un doble cartel del calibre que nos ocupa, habrá que estar agradecidos si alguno de los grupos que lo formó se decide a volver algún día -con semejante precedente, lo dudo- Por otro, y por ponerle un "pero" a la velada, estuvimos, como ya dije, ante dos grandes bandas de R'n'R, sí, pero que, bien por sonido, bien por actitud, no encajaban mucho en un doble cartel. Extrapolando -a un nivel menos underground- fue como poner a los Grand Funk Railroad de teloneros de los Sonics, dos grandes bandas, ok, pero que no casan; puede que ese dato nos sea indiferente a algunos, pero a la vista estuvo que hay mucha gente cerrada en esto del Rock. Contemplaciones y peros aparte, una gran noche de buena música en el teatro que esperemos que, en lo sucesivo, tenga continuidad.

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