Novedades. The Bellrays - "Hard, Sweet and Sticky"

Antes de entrar en materia diré que, por fin, tras años de sucesivas intentonas Lisa Keakula y los suyos han conseguido conquistarme, no me malinterpreteís, los de Detroit siempre tuvieron mis respetos, pero que quereís que os diga (Fans veteranos de la banda: Absteneos de seguir leyendo) Sus anteriores obras no me transmitían la tan cacareada fusión entre Punk Rock y Soul que en ellas se anunciaba, más bien sonaba como si unos Punk Rockers se hubiesen hecho con unas pistas de voz de una gran dama del Soul y le hubiesen puesto música de fondo, en pocas palabras, me sonaba más a superpuesto que a fusión.

Sin embargo, y hoy por hoy, este último trabajo ha hecho que me trague gustoso mis opiniones al respecto de la banda, han dado el giro de timón que un tipo como yo andaba esperando, a saber: Han dado boleto al componente sucio de antaño, sustituyéndolo por una inyección de Rock and Roll sin más ni menos. Por sacar símiles, algo así como lo que andan haciendo formaciones como Detroit Cobras, sólo que mejor todavía, ya que, a fin de cuentas, combinado o no, esto es Soul Music, y es un hecho que si corre sangre negra por las venas de la banda, ésta tendrá las de ganar. Temas como "The Same Way", "One Big Party" o "Coming Down" ponen de manifiesto el axioma; cortes festivos, con la balanza en eqilibrio entre el componente Soul de la voz y los momentos de desenfreno eléctrico de la banda. Un trabajo con poco relleno -a la antigua usanza, vamos- Si bien temas como "Wedding Bells" o "The Fire Next Time" podrían haber sido eliminados sin ningún problema del resultado final (Espero que en un futuro no abunden en esa faceta lánguida, de ser así este habrá sido un romance breve)

En definitiva, no estoy en posición de determinar si este es el mejor redondo -o no- de los Bellrays, lo que si puedo afirmar es que nos encontramos ante su obra más accesible, que quizá no guste a sus seguidores de siempre, pero que a buen seguro convertirá a unos cuantos al dogma del Soul n' Roll ¿Qué mejor ejemplo que un servidor?