
Unos comienzos nada fáciles, de hecho, hartos de tocar en garitos de mala muerte en Long Island, emigraron a Londres creyendo que allí les llegaría su oportunidad de oro.
No se equivocaron, en diciembre del 81 sale a la calle este disco de doce canciones trepidantes que les llevaría de gira por Europa, Japón y de nuevo a sus queridos States.
Aquí podemos encontrar algunos de sus grandes éxitos, como esa triada gloriosa llamada "Runaway Boys, Stray Cats Strun y Rock This Town" que llegó a estar en el top 10 de las listas de venta de E.E.U.U. y Europa. O la delirante "Ubangi Stomp", una de mis prefe
ridas (casi imposible resistir la tentación de gritar a pleno pulmón junto a Lee Rocker).

Sí, estos gatos dejaron sus firmas en las boleras, raptaron novias a punto de casarse y atravesaron la ciudad en sus cadillacs rosas sin que todo ello pudiera llegar a afectar ni un ápice a sus tupés oxigenados. Y es que esta mezcla explosiva de retro-vintage de los 50 con pinceladas al más puro stilo glam no deja indiferente a rockabillys, punks o rockers. El hechizo duró poco, porque en el año 84 Brian Setzer decide abandonar la formación para emprender su carrera en solitario, la banda sigue y ficha a Earl Slick. Setzer obtiene bastante éxito en su nueva andadura pero nunca olvidaría su etapa en los Stray Cats. Es por ello que posteriormente volvería a reunirse con sus antiguos compañeros de instituto para varias actuaciones en directo.
Como diría Setzer "la gente siempre tendrá un buen recuerdo de los Cats". Sin lugar a dudas, las huellas de estos gatos no podían haber calado más hondo.
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