Y los cuervos retomaron el vuelo...así es: después de 7 largos años salpicados de Freak ´n´ Roll, trabajos ocultos en las entrañas de los 90 y acústicos fraternales, los de Atlanta cumplen lo prometido en la forma de este Warpaint, esperado trabajo compuesto por 11 nuevos temas en los que la banda toma las riendas de la producción y estrenan nueva formación ( os echaremos de menos chicos).
Los modernos jinetes del apocalipsis que cabalgan por la portada dejan paso a un disco donde los Robinson continúan de alguna forma, la senda iniciada en Lions, con sus guitarras pesadas, toques gospel y melodías saturadas; aunque para la ocasión, las 6 cuerdas no suenan tan poderosas, Chris canta algo más bajo y el espíritu del disco anda algo falto de punch.
Pero que no cunda el pánico! son los Black Crowes, y su música aún conserva el feeling y la magia que los caracteriza, y si no me crees ponte cortes como Movin on down the line o el pistoletazo de salida que supone Goodbye daugthers of the revolutions, y verás a lo que me refiero.
Como venía siendo previsible, también hay momentos para su vertiente más acústica en Oh Josephine (para un servidor, uno de los mejores momentos del redondo), Locust Street, o ya en el tramo final There's gold in them hills y la folk-hindú Whoa mule para cerrar el disco.
En algunos de estos temas, se puede apreciar un uso más destacado de la armónica, que cobra protagonismo en las manos de Chris Robinson, y que, por primera vez, no se ve tan enterrada por las guitarras.
Y por si fuera poco, se atreven con una versión del reverendo Charlie Jackson, en clave de Gospel Blues endurecido, y por que no decirlo, algo añejo.
Así pues, y en opinión del que escribe, estamos ante un disco que sin dejar de ser un buen trabajo, deja un cierto sabor agridulce, haciéndote sentir que quizás se ha perdido algo por el camino.
No es cuestión de entrar en improcedentes comparaciones, pero es innegable que cada cual cuenta con sus referentes en lo que a una banda de larga trayectoria se refiere; así, yo soy de los que quedaron hipnotizados por la fuerza y las pelotas del By Your Side, con todo ese glamour pasado de vueltas y la actitud suficiente para derrumbar un jodido muro de contención.
Y eso es, precisamente, de lo que este último trabajo adolece:de acuerdo, Chris sigue desgarrándose; pero falta algo.
Es propable que de no haber esperado 7 años para sacar algo nuevo, este artículo tendría otra perspectiva, pero lo cierto, es que el tiempo y la distancia, han robado algo a estos cuervos.
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